ESPELUZNANTE CARTA DE UN ALMA CONDENADA
De manera que la verdadera agarraderas del apóstol Pablo para los sacerdotes de la iglesia católica fue que cada uno viviera con su mujer para evitar fornicación. Mantenían relaciones con personas desvinculadas de la religión.
VARÓN Y MUJER COMO LOS MIRA DIOS
Por primera vez veía en los cipreses el símbolo de la muerte, algo en lo que antes no había pensado. Yo estaba muy destruido. Mi cónyuge me quiere y me ha perdonado desde lo profundo de su corazón. Aunque la recibiéramos, la rechazaríamos con escarnio. Ellos no pueden comprender que para mantener la virginidad del ánima, de la mente y del alma, no es imprescindible la virginidad del cuerpo.
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El había comprendido que lo miraba mucho. Eso era lo que me gustaba. Derivado del principio de integración de la sexualidad, la doctrina cristiana ensalza el valor de la castidad, que domina la pasión carnal por medio de la continencia para ponerla al servicio de la unión conyugal. Y en levante panel, el sacerdote Daniel Cardó, manifestó que habiendo , sacerdotes y solo 3, casos de pederastia, solo el 0. Para explicarte que así me aparté definitivamente de Dios. Ese ánima se halla también en la relación carnal entre esposos, que debe ser de entrega mutua y donación sincera para lograr la dicha de la otra mitad del matrimonio. Tomé la carta.
Defensa de la Iglesia Catolica y el Celibato Irracional
Así, la transmisión de la biografía se convierte en un fin esencial de la unión conyugal. Es posible que tus respuestas a veces dieran en el blanco. Aunque andaba por caminos tortuosos, Dios me buscaba. Es ésta la que lo arrastra en el momento supremo. Aquende nadie consigue hacerlo. Quedé tan impresionada, que estuve sólo a un paso de mi conversión. El amor sin esperanza de retribución en esta tierra únicamente se encuentra en las almas que viven en estado de gracia. De esa forma, la procreación, la paternidad y el amor conyugal quedan indefectiblemente ligados con la unión carnal de los esposos, verdadero cumplimiento del mandato divino de ser una carne el uno con el otro. El celibato sacerdotal, discutido por siglos, no es efectivamente un asunto de que los sacerdotes tengan mayor dedicación a Dios, sino el grande amor de los primados de la iglesia por sus grandes tesoro, como luego lo veremos.
Como sabes, llegué en poco tiempo a tener allí un papel preponderante. Quienes estamos aquí ya no amamos a nadie. Levante era el Juicio particular. Actualidad, sin embargo, debes saberlo.
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