PEPE RODRÍGUEZ - LA VIDA SEXUAL DEL CLERO

Y viene aquel sujeto, y lo mismo es entrar él que volverse la suerte.

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Y le aada que no esperase que ocultara tal realidad, porque este afecto era su desaguadero. Compromiso cero, si nos vemos y no cuaja Tengo sitio privado. Dados los tremendos porcentajes de transgresin de la decencia, poco falta para que en este rosario delictivo de ocultaciones y connivencias sin cuento quepa la divisin de los jerarcas eclesisticos en tres grupos penales muy clsicos: autores, cmplices y encubridores. La greguería de los caballitos, la convertían el baccarrat y el treinta y cuarenta en relativo silencio y espera casi solemne. La religin catlica oficialista cae en ese error y prescribe una moral de elegidos. Somos muy guarros en lamcama, estamos abiertos a todo. Por algo Schlegel comparó a la Iliada el Romancero español.

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Prefiero ignorarlo. En aquella diminuta leonera corría el dinero que época una bendición: había exhibiciones de lindas bolsas de raso, de portamonedas y carteras de lene tafilete, cifradas y blasonadas con brillantes: el ruge-ruge sedoso de los billetitos de veinticinco y cincuenta acompañaba el retintín de la plata -el oro ya es como el baile, una tradición-. De ah que el comportamiento nunca sea impecable. Estornudando rociamos dinero. Ninguna mujer respondió mejor al concepto que del sexo en general forman los que lo asimilan al angelito. Ella tetazas y culszo, yo pollon de 1 foto Asistenta hot cibersexo amateur!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Maldita la falta que nos hace el vino. El sacrificio exigido por el celibato es enorme y va contra la naturaleza de manera evidente.

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Soy un loquito. El espectculo bárbaro de esposas de sacerdotes agredidas y vejadas por elementos eclesisticos que, a partir del siglo xil, intentaban imponer por la fuerza la integridad patrimonial de la Iglesia sobre la decencia moral, hizo estremecerse de indignacin a Bertrand Russell, uno de los pocos liberales que prefera, en todo caso, la libertad a la propiedad. Y estas lecturas de Promessi sposi, de Los amantes de Teruel, de algunas novelas de Walter Scott, de Fabiola fueron como dorada luz que reveló a Rafaela un mundo fértil en maravillosas perspectivas -el mundo del amor-. La moral ms generosa no puede serlo. No en la misma medida, sin duda. La represin rechaza fuera de la pnsciencia la situacin interna que provoca la angustia, pero levante rechazo no liquida totalmente esta situacin, que sigue conservando su fuerza para actuar.

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