MAMÁ ESTOY CALIENTE Y QUIERO FOLLAR DESPIERTA

Aun desenterramos algunos de los viejos trajes de maternidad y bombas de leche de sus madres y los pusimos en las habitaciones de los hijos adonde pudieran verlos. Idéntica cuestión que ocurre con las mujeres de casa.

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Nos encantaba fantasear sobre los hijos desnudos en sus camas. Ella Llevaba una falda casual de negocios para su trabajo de escritorio que llegaba a sus rodillas. Pasados unos minutos en una deliciosa posición donde me dejaba hacer por las buenas maneras de esa dama… Inició una sorpresiva mamada. Tengo el cuerpo trabajado en el ejercicio, fibroso y musculatura marcada. La cogió con su mano estribor para pajearla un poco, masajeó el tronco de arriba abajo dejando el glande libre de su prepucio, y así la calidez de sus yemas y la soltura con la que la agitaba, unido a mi necesidad, pronto alcanzó su bombeo de crucero. Aprovechamos para calmar nuestras ansias y alcanzar las pulsaciones normales de nuestros ajados corazones, a los que le dimos casi media hora de castigo por encima de las cien pulsaciones todo el tiempo.

Ves hijo? me tocas y el coño se me pone bien caliente

Dos madres que normalmente estaban tensas y estresadas ahora estaban relajadas y contentas en todo edad. Y por el mismo importe también logré ser el garañón de mi joven abuela… una señora de 52 años, cm con 72 kg de peso algo rellenita pero con todo en su sitio, donde no falta ni sobra nada en cada una de ellas. Con los pezones erectos; Imaginando a sus hijos con sus duros y palpitantes penes criadores de bebés encima de ellas. Me sentía eufórico con una ebullición en todo mi cuerpo genuino de cuando estaba a punto de lograr un record elenco. Curiosamente tras cinco minutos en su interior tras la lidia, la polla no perdía su esplendor, por eso mi lecho no cejaba en hacer pequeños movimientos de vaivén acariciando mi sensible glande con los suaves pliegues de sus paredes vaginales internas.

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Aprovechamos para calmar nuestras ansias y alcanzar las pulsaciones normales de nuestros ajados corazones, a los que le dimos casi average hora de castigo por además de las cien pulsaciones todo el tiempo. Nos encantaba ensoñar sobre los hijos desnudos en sus camas. Los hijos encantados sintiendo los pechos de sus madres presionados contra ellos. No sé la razón, pero jamás tuve como objetivo sexual a ninguna de las dos, no es que no pensara en ello, solo que esa familiaridad en casa llegaba a anatomía tan cotidiana que no veía en ello ninguna invitación a perpetrar el coito o cualquier otro acto sexual aunque afuera sin penetración. Mi abuela y mi madre son funcionarias, Maite es administrativa de la Aplomo Social, y mi abuela trabaja en correos, es decir, en casa tenemos una buena liquidez económica desde hace unos ocho años y ello nos permite disfrutar de vacaciones con alguien nivel desde entonces.

Abandonaba su pepita introducía un equivalente de dedos en su altramuz y vuelta al botoncito, entretanto no paraba de friccionar mi cipote arriba abajo. Contemplando tirar sus píldoras anticonceptivas. Eso fue hace cuatro meses. Me lo incrusté a media asta, frotando a la vez mi clítoris durante unos cinco minutos demenciales…, fue un orgasmo brutal pensando en la perversa joya que tiene mi hijo entre sus piernas, y el desperdicio de energía de ambos solitarios….

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Aun desenterramos algunos de los viejos trajes de maternidad y bombas de leche de sus madres y los pusimos en las habitaciones de los hijos adonde pudieran verlos. Y por el mismo precio también logré anatomía el semental de mi joven abuela… una señora de 52 años, cm con 72 kg de peso algo rellenita empero con todo en su sitio, donde no falta ni redundancia nada en cada una de ellas. La dama despatarrada, con todo el coño encharcado y con un orgasmo recién obtenido no era cualquier mujer, época Maite…, mi madre. Mi trabajo lo llevé a casa con el fin de redactar un informe completo.

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