RELIGIÓN Y SEXUALIDAD
Freud no había nacido obviamente, si no Confucio hubiera tenido problemas con su identidad sexual reprimida por un complejo de Edipo no resuelto.
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Desde esta fecha crucial en la historia de la comunicación de masas, las sucesivas propuestas de transmitir por televisión ejecuciones en directo han abierto polémicas en la prensa, con la sesuda intervención de juristas, pedagogos, psicólogos y moralistas. Tan documental es, que no podemos imaginar a un director en este género pidiendo al actor que vuelva a eyacular otra vez, porque su anterior eyaculación no le ha parecido satisfactoria. El encarnizamiento espectatorial ha sido cultivado desde hace muchos años por la industria del cine con las películas de terror y aun el famoso ojo cortado de Un perro andaluz , responsable de tantos desmayos, pudo adeudar su origen en el agujero saltado de una dama durante la violenta carga de la policía zarista en las escalinatas de Odessa de El blindado "Potemkin" , de Eisenstein, que fascinó a los surrealistas. Someterlo a mi exploración bucal fue un placer en sí mismo, imposible de comparar a carencia de lo conocido. Freud no había nacido obviamente, si no Confucio hubiera tenido problemas con su identidad sexual reprimida por un complejo de Edipo no resuelto.
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En cuanto a las enfermedades de contacto con el roce, se aprecian al tacto con la mano y se notan en el gusto de la baba. Las tigresas no son gauchitas, son exigentes. Fui, me senté en la silla del bufete frente a él, me pidió que me acercara para admirar en la pantalla de la computadora algo que quería mostrarme y, cuando me levanté y me apoyé con los codos en el escritorio, mientras veía la pantalla sentí el excoriación de su dedo índice en mi escote. Empleando la léxico de la gestalt, se diría que la mirada humana es atraída, en tales casos por un estímulo óptico de ingreso pregnancia.
En virtud de la necesidad de obtener un semen de buena calidad, las tigresas blancas no le practican una felación a cualquier varón, sino a aquellos a los que se les nota la vitalidad. Y levante juicio moral descalificador deriva de que estas apetitosas producciones icónicas o audiovisuales han hecho del objeto del deseo un único fantasma, unas manchas de colores sobre papel, o una sombras móviles sobre una pantalla, en sustitución de unos cuerpos reales y, sobre todo, de los placeres de la tactilidad. Todavía que los dragones no existen, a pesar de que Disney se haya esmerado en ponerlos como los custodios malos de princesas buenas y Daenerys los monte como mascotas. En cuanto a las enfermedades de ósculo con el roce, se aprecian al tacto con la baza y se notan en el gusto de la saliva. Lo que reprimen, los enferma. No sean vagos, pónganle onda ustedes también. Sí, un semen mejor, aunque duela muchachos. Se ha insistido, para su descrédito artístico, en el brutal contraste que ofrecen su crudo hiperrealismo anatómico y su irreal esquematismo psicológico y social, que hace que los personajes sean puras abstracciones sin personalidad el negro, la rubia, el semental, la efebo, la colegiala, el impotente, el perro, etc.
Amor y Supra-sexualidad. : Extracto de conferencias del v.m. Samael Aun Weor
Freud no había nacido obviamente, si no Confucio hubiera tenido problemas con su identidad sexual reprimida por un complejo de Edipo no resuelto. Uno de los motivos es el sabor agrio que tiene, algo absolutamente eludible. Y es un género gráfico porque el cine porno es, ante todo y sobre todo, un documental fisiológico y atrae a su clientela precisamente por esta condición. Es decir, se ve a los contempladores y sus reacciones, pero no se ve lo contemplado, del que se certifica indirectamente que, pese a su prohibición oficial, tiene existencia social, aunque sea una existencia periférica o marginal. De modo que el film-voyeur atrasado proponía, en definitiva, un electrizante pero a la postre frustrante aperitivo erótico, interrumpido cuando máximo era el deseo del mirón. Sabemos también que la nobleza zarista era consumidora de pornografía, como lo era el rey Alfonso XIII de España, quien se solazaba con las peliculitas que confeccionaba para él la empresa Royal Film de Barcelona. Traigo aquí a colación una observación de la actriz Sharon, que resulta elocuente: "Es bastante extraño", declaró Sharon, "no me di cuenta de todo lo que implicaba un orgasmo aun que tuve uno en un rodaje.
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