MUCHOS MATAN A SUS PERROS CON LA MEJOR INTENCIÓN ¿TÚ TAMBIÉN?
Aun en las temporadas bajas tienen la demanda suficiente para acudir los siete días de la semana, pero no lo hacen porque saben que tal exceso equivaldría a inmolarse: la hábito de trasnochos en las casetas es muy dura.
PIDE LA QUE QUIERAS!
VOX no nos ha enfrentado, tan solo se aprovecha del encuentro ya generado por la altibajo y la falta de libertades. Malgeniado, engreído, cuando le preguntaban si consideraba justo que un hombre embarace a cada una de sus amantes, montaba en cólera. Patricia, como musa de la canción que jalonó las ventas del disco, era protagonista del feliz suceso. Resultaba escasamente justo compartir con ella la bonanza que, al parecer, se avecinaba.
Un año después nació Rafael Santos, el mayor de los cuatro hijos de la pareja. El colmo. No queremos depender de nadie ni tener publicidad. Barraca es el nombre que se le da en la Litoral Caribe de Colombia al lugar en el que se lleva a cabo el baile. Los guardianes veían estupefactos la caravana de féminas barrigonas que acudían de tarde en tarde a su celda. La encontré almorzando en el patio, sentada en un taburete recostado contra la pared. Me pareció que esta cifra era ya, para decirlo con una frase coloquial típica de la región, la bufé de la caja. Sus antiguas amantes también contribuyeron a mi anecdotario sobre el tema.
Archivo del Blog
Y este es el ambiente en el que la extremaderecha asoma su cabeza sabiendo que es sencillo convencer al anciano apestado de que los recursos sanitarios se destinan a los inmigrantes y no a él. En ambos casos Diomedes se aprovechó de la permisividad de las autoridades y superó la talanquera jurídica mediante maniobras pintorescas: a Alix Indira Ramírez le abonó de un solo golpe todas las mesadas atrasadas. En la adolescencia se sentía avergonzado por su condición de bastardo —así se les denominaba en aquella época a los críos engendrados por fuera del hogar—. La noche en que reflexionaba sobre este tema saqué de mi biblioteca el libro Un arrapiezo llamado Diomedes, que me obsequió su autor, el periodista Luis Mendoza Sierra.
ABEL MEDINA SIERRA : EL VALLENATO: ¿UNA MÚSICA MACHISTA?
En aquel momento los dos enamorados, como fieras en celo, decidieron jugarse sus restos: Diomedes consiguió un par de radioteléfonos de corto alcance, de esos amistades con el nombre de walkie-talkies, unos aparatos que en aquella época eran muy codiciados por los niños como juguetes navideños. Después repitió el truco cuando lo encontró triste debido a que Jorge Oñate, un artista estupendo pero envidioso y lenguaraz, andaba hablando mal de él. Busqué al vuelo un pasaje que ya tenía subrayado: el que narra la historia de Rafael María Díaz con su progenitor. El enamorado y sus secuaces huyeron en estampida. Yo, en cambio, no dejaba de observarlo. Pero ya ve: por algo dice el adagio que el bien solo es conocido cuando es perdido. Incluso algunas personas ajenas a la comunidad se dirigen a ella con ese apelativo casero.
Camilo Rozo - Diomedes Díaz
Entonces el vallenato adquirió estatus: pasó de los arrabales a los sectores distinguidos, de los guetos a la gran masa. En algunos casos se trata de dinero; en otros, de diversión. Mientras su marido vivía ella renegaba de él y actualidad que estaba muerto se daba cuenta de lo bueno que había sido, especialmente con sus hijos. La llegada del nieto enterneció al 'Negro' Acosta. Lo hemos visto atizando el fogón en la morada de su esposa y luego celebrando la primera comunión de un cachorro extramarital en la vivienda de cualquiera de sus concubinas. Para el juglar vallenato, en cambio, es una simple anécdota, aun un chiste.
