EL AMOR EN LOS TIEMPOS DE TINDER & GRINDR

Sobre el deseo que Dios tiene de nuestra felicidad.

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Es importante desarrollar la afectividad y el erotismo, por supuesto que sí, pero sin una alucinación moralista y maniquea del amor y el sexo. Sentimos que no somos suficientemente buenos, que no somos suficientemente fuertes. Hemos nacido del amor del afectividad de Dios y hemos sido redimidos por la sangre que fluyó del corazón traspasado de Cristo en la Cruz por nosotros. Y sabemos que en el plan de Dios, las cosas buenas de esta gleba son para todos y no sólo para unos pocos. Es clave para entender de qué manera quiere Dios que vivamos en el mundo, para captar el propósito de nuestras vidas. Él es la respuesta a toda pregunta, el deseo de todo corazón. Ciertamente, es importante afirmar y clarificar las verdades de las cuales dependen la fortuna, la paz, la biografía, la dignidad, la santidad de la familia y de la nación.

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Se confunde educar en valores con desinformar, como si informar fuese incompatible con la estructuración de valores. El pecado es el amor desordenado, que elige adorar las cosas equivocadas y foguear lazos perjudiciales, que se originan en nuestro egoísmo. Los primeros cristianos recibieron con gran alegría estas promesas de la Alegoría de Cristo. Una meta importante a trabajar en los adultos es la intencionalidad en la educación sexual para que comunidad y escuela no dejen al azar la educación sexual de los o estudiantes, sino que asuman una actitud proactiva tomando la iniciativa para educar la sexualidad sin permitirse delegarla a otras fuentes que probablemente sean menos confiables. Nuestras vidas se vuelven diferentes también. Estamos llamados a buscar conocerlo a él, a amarlo y a servirlo. Esto no es una aserción abstracta de la teología.

Nuestra vida antigua termina y nuestra nueva vida empieza al seguirlo a él. Una cosa es prevenir la incidencia de embarazos tempranos en los jóvenes y otra es la promoción de la paternidad y la gravidez como una opción, que requiere ser ejercida responsable y eficazmente. Todavía estamos viviendo hoy las consecuencias de su pecado exótico. Los siguientes son algunos criterios que se proponen para ahondar lo que implica vivir la sexualidad responsablemente, se vive una sexualidad en forma responsable cuando…: La persona se hace cargo de los propios actos y decisiones. Vemos cómo se promueven estilos de vida y formas de vivirla que tienen sus raíces en un humanismo infructuoso, en una visión falsa e incompleta de la vida humana y de la persona humana.

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