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Empero solamente cuando estaba en el hospital con sus enfermos y con sus cultivos, con su bata blanca y su gorro, se olvidaba de sus nuseas y de sus aprensiones. Naci Palinuro con hipertrofia congnita: la edicin que publica hoy el Fondo de Cultura Econmica consta de pginas.
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Naci Palinuro con hipertrofia congnita: la edicin que publica hoy el Fondo de Cultura Econmica consta de pginas. Hasta la gestacin de Palinuro rebas con abundante los ineluctables nueve meses que la naturaleza impone al benigno engendramiento, pues fue de encogido aos. Palinuro nunca olvid la visin de las flores, agrupadas en corimbos color magenta como algodn de azcar, y atrs las estrellas que parecan compensar la distancia entre el nombradía del arbusto y su finalidad: Aldebarn, las Plyades, Sagitario. De aqu, tambin la confusin del mismo Palinuro, originada en las sobras de ese banquete platnico en que cada uno de los dos era ambos: y tantas veces el Palinuro y ella Estefana me pidieron que les contara como haba conocido al otro, que tanto lo estimaba o la adoraba, qu clase de ardor anfibio bálano sentido al tocarla o al verlo en un t bailador o en la excursin a Las Dinamos, o bien qu traje de qu color y qu mejillas de qu facultad me haba puesto para decirle: Buenas tardes, Estefana, o: Cmo te va, Palinuro, que me di cuenta de que individuo y otro se moran de celos entre ellos mismos. Empero el to Austin, si no muchas, cuando menos tena dos buenas razones para no dejar de beber: una era que de cada cinco botellas de whisky que llegaban de estraperlo de El Tabasco afirmaba, cuatro haban sido llenadas en la fuente frigia de Gelen, cuyas aguas hacan rer a quien las bebiera; y una tan slo, la restante, en la fuente de Clen, cuyas aguas tenan fama de hacer llorar. Esto comenz a suceder desde que el to Esteban cont la historia de cmo se pelaban los huesos, y en vista de que ocurri varias veces el to Esteban, estoico, le dijo que ya no volvera a hablar de bebedizo ni de nada que se le pareciera delante de ella. Pero en , o sea cuando el to Esteban tena 16 aos porque haba salido exactamente con el siglo en el que se cumplira el vaticino de Von Hofmannsthal, y Austria se derrumbara y con ella la Kakania entera armatoste ya su padre y acullá de los instrumentos quirrgicos y de los libros que bálano heredado el to Esteban, que estudiaba entonces en Berln, se vio de pronto enrolado en las filas del ejrcito alemn.
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Estefana sigui queriendo y respetando al to Esteban. Se rieron baza, que las lgrimas de la polaca baaron la cruz gamada que le colgaba al garganta, y que segn le bálano explicado ella, era un anagrama de la buena suerte y simbolizaba la fuente de la vida y el fuego sacro. Y si Pasteur y esto lo vas a entender mejorno hubiera inoculado de rabia a los conejos para estudiar despus fragmentos de su mdula espinal, Joseph Meister hubiera muerto. Y en todos los hospitales del mundo, en todos los laboratorios y las escuelas de medicina: en Rochester, en el Sanatorio Infantil, en la Universidad de Guadalajara, en Viena, en Mosc, en Houston, en el Sanatorio de Lewisham, pasando por el laboratorio de la Universidad Mdica de lbany que Carpenter atiborr de conejos de Nueva Zelanda, conejos belgas y conejos albinos, y pasando tambin por todos los nombres de los mdicos y los investigadores famosos desde Cardano hasta Koch, desde Bell hasta Ochoterena te encontrars, en esos hospitales y en esas biografas, criaderos de ratas blancas y cobayos inoculados con esputos, ardillas con sarcomas, marmotas con catarro, chimpancs con triquinosis y perros y canarios que son sacrificados para que cada tiempo menos seres humanos en el mundo se enfermen o se mueran de eso, precisamente: de podagra, de angina de busto, de raquitismo, de poliomielitis, de cncer, de lepra y de lumbago. Rufus de Efeso destazaba monos para estudiar su anatoma, Behring quemaba a los conejos con tricloruro de yodo.
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Y lo ms curioso de todo esto obedeci a la segunda y gran decisin de su vida, es que Estefana jamás fue doctora, sino enfermera. Las campanas de la catedral de Leopoldstadt tocaban a rebato cuando el to Esteban naci, a la orilla izquierda del Danubio, en un imperio que se extenda desde la Transilvania aun los picachos helados del Tirol. Hoy la vida humana toda, desde sus aspectos ms trascendentes hasta los ms triviales, est siendo medicalizada. Es el nio inquieto, bullicioso y rebelde? Si acaso alguna espina se nos hubiera clavado, ya nos pondran agua oxigenada que formara, con la sangre, un racimo de burbujas rojas. El to Austin, que dej la marina para trabajar en el servicio exterior, nunca fue un oficial de alto rango, pero a cambio de ello alcanz el grado 96 en la escala de Gay-Lussac: a las cuatro de la maana, cuando el nico habitante de la casa que estaba despierto era la ta Luisa, cuando todava los pjaros, hechos bolas azules tiritaban de fro en el pentagrama de los alambres de la luz, el to Austin beba una taza de t perfumado Earl Grey mezclada con alcohol puro.
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Le apuesto, gobernador le deca al abuelo Francisco, que con cada tiro rompo una botella. Lo ms que poda hacer el to Esteban entonces ante la insistencia de alguien que por principio de cuentas crea, como el general Von Bernhardi que la guerra es una apremio biolgica, era arreglrselas para que, sin que se dejara de hablar de la guerra, se comenzara a hablar de medicina: de las mscaras antigases, de los magnetos gigantes que se empleaban para extraer de los ojos los fragmentos de bomba, o del Pabelln Real de Brighton que fue usado como hospital para las tropas de la India. No ha agostado usted las hojas secas, le dijo a Ricardo el cultivador apenas asom la cabeza afuera de su cuarto. Hubo ms arrestos y ms recursos en ultramar, y as fue como Palinuro de Mxico naci, paradjicamente, en Espaa.
Es decir, pudo ocultar el dantesco asco que le producan las palabras. Después la llevé a COS; ropa como de galerista en inauguraciones. Y as se le pasaron los aos, y cuando tena ms de treinta de edad sin haber jams intentado presentar un examen de admisin en alguna escuela de medicina, el to Esteban empac sus maravillas y con ellas y un grupo de gitanos zngaros se lanz a andar a lo ancho los Estados Unidos hasta ir a dar a Nueva Orlens. En alcance, el to Esteban, el yayo Francisco, el to Austin, la prima Estefana, el primo Walter, Palinuro y tantos otros, son meras voces que se confunden en la formidable polifona del conjunto, sin distinguirse como individuos cuando no son, de guía, dobles de Palinuro, tiles escasamente para disfrazar lo que de otro modo sera un largo monlogo. Todo esto le dijo el to Esteban a Estefana; todo esto le dijo una y muchas veces sin conocer que por las noches mi pobre prima tena sueos espantosos en los que se mezclaban por igual todos los horrores y todas las maravillas, todas las ilusiones y todos los temores que esas y otras conversaciones haban sembrado en su imaginacin de nia, alimentadas con las lecturas de su niñez y con otros sueos, propios y ajenos. Pero desde entonces, y porque tampoco su acaso perdi jams el sentido de la irona, la fortuna del abuelo comenz a mermar y al fin se hundi en forma sbita y aparatosa como se hunden los barcos y los transatlnticos: como se hundi el Titanic y se hundi el Lusitania, y sus ltimos resplandores coincidieron aos ms, aos menos, con el apocalptico quema de los pozos Meriwether y Morrison que alguna vez, así por la primera guerra, hicieron de Tampico el emporio petrolero ms grande del orbe.
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Maravilloso torrente de metforas deslumbrantes, de barroca imaginacin y de entelequia arrebatador: no por nada la crtica mundial se pasm alce este espectacular derroche de color, de esplndidas metforas y autntica erudicin. Pero haba tanta familia tan rara en la Noticia Orlens de aquella poca y sucedan cosas tan extraas que no le llamaban la atencin a nadie, que uno poda tropezar en la calle, sin saberlo, con Duke Ellington, o asistir a los funerales de un msico y quitarse el sombrero al paso de la carroza de vitrales coloreados arrastrada por caballos negros y empenachados a los que se les haba refregado los ojos con cebolla para que lloraran durante todo el entierro, mientras atrs jerimiqueaban las viudas del jazz al ritmo de un blues. Si os dejan tendréis un gran futuro por delante macizo de éxitos y sacaréis la moda española a flote. Empero en Siberia, la Siberia de la leyenda, ms abajo de la tundra alfombrada de musgos y de lquenes, en la Siberia que despus de todo no result tan inhspita y tan en el fin del mundo como le haban contado, al to Esteban le sobraron los das, las semanas y los aos para llorar a la polaca. No es el menor problema de la bebedizo actual definir sus propios lmites. Todo esto le dijo el to Esteban a Estefana; todo esto le dijo una y muchas veces sin saber que por las noches mi aporreado prima tena sueos espantosos en los que se mezclaban por igual todos los horrores y todas las maravillas, todas las ilusiones y todos los temores que esas y otras conversaciones haban sembrado en su imaginacin de nia, alimentadas con las lecturas de su infancia y con otros sueos, propios y ajenos. No me importa, contest Estefana. Y pañuelos chulos. Bastante pronto el naranjo pedregoso se rompera al sol de la maana.
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